23 de febrero en PATANERS Carrer de Còrsega, 78, Barcelona. De 17.15 a 20:00h. Acto solidario a favor de ADE Pinta y colorea, Cuenta cuentos y Meriendita Vegana. El cuenta cuentos es a mi cargo, así que tenemos una cita!!
Kuncita Lay-Malone se
disponía a cruzar el umbral de la chocolatería más popular de An-Dro, cuando
tuvo una corazonada. Dejó que Larimar pasara y dando media vuelta salió del
edificio. Cruzó la calle y entró en Fatley's Pub. Como de costumbre, al final
de la barra, estaba Shareny Po, el prometido de Clarissa. Kuncita lo saludó
desde la entrada.
- Shareny.
- Kuncita Lay-Malone -
el hombre le devolvió el saludo levantándose de su taburete- ya era hora, te
has hecho de rogar esta vez. ¿Qué quieres tomar?
- Wantxo, si es del
mismo proveedor.
- Del mismo, por aquí
hay pocos cambios. Cushac, por favor, una jarra de wantxo y vamos al reservado
3 a hablar de negocios.
- Sí señor, ahora lo
llevo -contestó el camarero.
Shareny tomó su jarra
de cerveza e invitó a Kuncita a pasar primero. Una vez el camarero trajo la
bebida cerró la puerta del reservado y, lejos de miradas indiscretas, los
hombres se abrazaron y golpearon la espalda con alegría.
- Cuando Clarissa me
enseñó tu nota estuve tentado de salir de inmediato al barco, pero preferí
arreglar lo de la sala para que la tuvierais al momento, ahora soy el director
artístico y Clarissa la supervisora de proyectos.
- ¡Enhorabuena por el
ascenso! Y gracias por agilizar el asunto.
-Gracias a vosotros por
recalar y asistir al festival, tenerte por aquí me es de gran ayuda, quiero ir
a Hosaku a cerrar unos contratos, Clar no quería quedarse sola, pero ahora que
estás tú la cosa cambia. Si te trasladas de inmediato podría tomar el
transbordador de media noche. Ya llevo demasiado retrasándolo
- Pues lo siento, pero
no estamos en puerto y no tengo permiso, lo comento con Larimar.
-Sí, ya he estado
moviendo hilos, pero algo pasa que no hay manera de aceleraros el atraque. Clar
está en ello también, pero con tantos frentes no da abasto, los ascensos están
bien, pero a la larga te llenan de más responsabilidades. Te advierto que Clar
está un poco huraña, bueno como de costumbre cuando anda demasiado estresada
con tantos detalles, y ya sabes que no es mi don tranquilizarla, eso se te da
mejor a ti.
- Pues de momento no
voy a seros muy útil, pero vamos a estar bastantes días esta vez.
- Aunque no te quedes
en casa estás cerca, si te necesita vas a aparecer de inmediato, así que puedo
irme con tranquilidad; es que quiero cerrar esos contratos, y también necesito
un descanso, has estado sin aparecer más de un año.
- La última travesía
fue larga y ya sabes que no puedo dejar el barco cada vez que me da la gana.
- Sí, lo sé, no es que
te lo esté tirando en cara. Pero también Clarissa está mejor cuando puede
descansar de mí una temporada. Ya sabes que puedo ser un incordio cuando no
consigo según qué cosas.
- ¿Y estarás mucho en
Hosaku?
- A poder ser dos
semanas, supongo que estaréis mínimo hasta el Baile.
- Hasta recoger las
copias de unos mapas, así que tal vez tres o cuatro días más tras el Baile.
- ¿Mapas? Ahí ya sabéis
que no podemos hacer nada.
- Sí, ya hemos iniciado
los trámites, no estaba previsto en el viaje, pero es asumible.
- Siento ser tan
egoísta, pero me viene muy bien vuestro percance.
- Como suele decir
Mudra, "todo es perfecto, aún cuando en el momento no nos lo
parezca".
- ¡Brindo por eso! -el
hombre apuró su jarra y Kuncita lo imitó- ¿Y cómo has sabido que estaba aquí?
-el segundo se tocó el corazón- Tú y tus corazonadas, al final me lo voy a
creer y todo -Kuncita se encogió de hombros- Bueno, pues ya que nos hemos
encontrado ¿Me acompañas al palacete, a ver si entre los dos somos capaces de
llevarnos a Clarissa?
- Lo siento, pero en
realidad tendría que estar en la Cholaressa con la capitana y su padre.
- ¿El almirante O'Brian
aún no ha salido de puerto? Tenía entendido que partía hoy con la primera
pleamar. Por cierto, hablando de capitanes, Lord Alaisse llegó ayer y está en
todas las listas de invitados de los festejos, en principio no se pierde un
solo acto.
- ¿Qué? ¿En todas?
- En todas, hasta en
las conferencias de tecnología y mantenimiento.
- ¡Mierda! Va a ser
cómo volver a la escuela. No, peor, va como invitado, puede hablar lo que le dé
la gana; si ya era insoportable cuando no tenía permiso para hablar, no quiero
ni pensar lo que debe ser una conferencia con esa posibilidad...
- ¿Otra ronda? ¿De algo
más fuerte?- Kuncita negó con la cabeza- la bebida sin alcohol no es tan
reconfortante - el hombre volvió a negar-, ya le preguntaré a Clar si aguantas
sobrio tras más de una semana en An-Dro con Lord Bajoterroso y sus camaradas...
En la chocolatería, la
Sra. Lotte, mantuvo hábilmente la conversación con Lord Alaisse, mientras
Larimar se excusaba y salía para llevar a su mascota al hotel. Bajó a la
tortuga en brazos y entró en el baño. Comprobó que estaban solas y entonces,
Casiopea le pudo entregar el mensaje que traía para ella y que sacó de dentro
de su caparazón.
" Querida Larimar,
Vi tus llamadas pero he salido para comprobar unas cuantas cosas. Creo que sé
lo que ha pasado con los barcos de Deno y Semail, pero quiero comprobarlo.
Casiopea se quedará contigo hasta que vuelva y te podrá poner en contacto
conmigo si es necesario. Ve con cuidado. Si está sucediendo lo que pienso
ningún puerto de Komorial sería seguro. Si averiguas algo por tu parte me lo
dices a través de Casiopea. Si Idger te preguntase sobre mí, no sabes nada y si
insinúa que me fallan los cables no hagas caso.
Mocheil
Indy "
Larimar se guardó la
carta y cargando a Casiopea la llevó hasta el hotel, la dejó en la habitación.
Al ir a cerrar la puerta en el caparazón relumbró:
HABLA SOBRE EL TIEMPO,
y sonrió ostensiblemente. Larimar sonrió y volvió a la chocolatería. Por el
camino se preguntó dónde estaría Lay, porque ya empezaba a oscurecer. Supuso
que tal vez había olido a Alaisse y prefería evitar confrontaciones. Era como
volver a estar en Marsetta, el último año de la escuela naval, uno de los años
más extravagantes que había vivido. Decidió respirar hondo, disfrutar de que
tenía a su padre al lado, y recordar hablar del tiempo hasta que Lord "soy
lo más chic que ha pisado este planeta" agasajara, con su refinada
hermosura, a otras damas. En An-Dro seguramente había una muy larga lista de
aspirantes a Lady Tobar.
En el camarote de los
hermanos Uxián, un absorto Ereleig comenzaba a tener hambre. Una vez había
ayudado a cargar el esquife, y siguiendo las instrucciones de Hidie, se había
encerrado en el camarote de los hermanos para limpiar y ordenar todas las
herramientas, y para seguir con una pieza de madera en la que estaba
trabajando. Hidie, tal como le había prometido, le estaba enseñando el arte de
tallar. Ya había terminado el cuerpo de su primera cajita de tesoros, pero la
tapa la quería hacer de una sola pieza y con un tallado, que aunque era
sencillo en la forma, al ser inexperto lo tenía que hacer con mucho cuidado; ya
que Hidie le había dicho que un golpe mal dado podía romper la pieza. El
muchacho había estado bastante rato ordenando, ya que los Uxián lo habían
dejado todo sin recoger debido a lo precipitado del desembarco. Una vez todo
limpio y en su sitio, el chico había sacado sus materiales y, sentándose junto
al ventanal, se dedicó al desbaste de la forma.
Una vez la pieza de
madera comenzó a tener forma de tapa, Ereleig recogió las virutas y colocó un
fijador en la mesa de trabajo, porque ahora el desbaste requería precisión y
más cuidado. Mientras preparaba el material le pareció oír como música y ruido
de zapatos en la cocina. Una vez se puso a trabajar volvió a escuchar aquella
mezcla de sonido, pero más tenue. El muchacho supuso que los oficiales se estaban
divirtiendo a su manera, él se aplicó a su tarea, para aprovechar al máximo y
adelantar, le hacía ilusión poder terminar la cajita antes de que volviera
Hidie y podérsela enseñar, entonces sólo le faltaría poner las bisagras y el
cierre y habría terminado su primer objeto de madera.
Daba los últimos toques
de lija a la flor, cuando su estómago empezó a quejarse, pero hasta que no lo
hubo recogido todo no salió del camarote, ya que se acercaba la hora de la cena
y era mejor dejarlo todo listo antes de ir a comer. De ese modo, cuando
volvieran los Uxián lo encontrarían todo recogido y estarían contentos con él.
Antes de ir a la cocina
fue a su camarote a cambiarse la ropa, porque estaba ya bastante sucia. Como
una norma era que la ropa sucia se dejaba en la lavandería subió a cubierta. Ya
empezaba a oscurecer.
En cubierta estaban los
Srs. Eivioc y Dandy echados junto al timón. El muchacho comprobó que la rueda
estaba trabada y entonces escuchó risas. Todos debían estar en la cocina y al
parecer contentos. Entró en la lavandería y dejó la ropa en su cesto. Luego se
dirigió a la cocina, el olor que le llegaba le hizo comenzar a salivar.
John y Roc habían
acabado bastante cansados, ya hacía mucho tiempo que no practicaban, ya que el
último viaje había sido complicado debido a lo difíciles que eran los océanos
Waldrast, con aquellos fondos tan irregulares y los numerosos bancos de peces
piedra gigantes, además del tiempo tan variable de aquella latitud. Y luego,
tras el encargo de comandancia, ya no habían tenido tiempo de desembarcar una
buena temporada y Roc no era muy dado a ensayar cuando la tripulación estaba presente.
John le propuso preparar "cena de baño", era un plato combinado que
se llevaban en una bandeja especial para comerlo dentro de la bañera. Roc
aprobó la sugerencia y mientras el cocinero preparaba la comida él fue a
preparar la sala de baño.
Mientras esperaban a
que la comida estuviera a punto se sentaron en la alfombra frente al horno. Roc
apoyó la espalda en el armario y se ofreció a hacer de cojín para John, sabía
que era algo que al cocinero le costaba resistir. John se dejó mimar y mientras
esperaba que el guiso se calentase, disfrutaba del masaje que Roc le hacía en
el cuero cabelludo.
- John.
- Si Roc.
- Siento de veras
haberte gritado.
- Bueno, ya está
olvidado.
- Rwyf wrth fy modd, enaid
sy'n fy hun, lle rwy'n a dlewyrchu.
- Eso suena muy bien ¿Qué
dice?
- Es un fragmento del
último poema en el que estoy trabajando. Cuando lo termine lo sabrás.
- Roc Refrany, no
tienes remedio, pero te amo - el timonel abrazó al cocinero y le besó la
coronilla- me lo tomaré como un "y yo a ti".
Ereleig entró en la
cocina y no vio a nadie. Al fijarse bien vio, por el suelo, unas piernas cerca
del horno. Se acercó y descubrió al timonel, que sentado en el suelo abrazaba
al cocinero. Ambos tenían los ojos cerrados y sonreían. El chico iba a dar
media vuelta y dejarles intimidad cuando el timonel abrió los ojos. La sonrisa
desapareció al instante. Ereleig dio un paso atrás y se disculpó.
- Lo siento, siento
haber entrado sin llamar.
El cocinero se levantó
de inmediato y miró atónito al muchacho.
- Ereleig ¿Estabas en
el barco? Pues te habíamos olvidado, y te has quedado sin merienda ¡Y no te he
preparado cena!
- No pasa nada.
- Sí que pasa, vaya
unos oficiales estamos hechos, olvidarnos de ti. Lo siento Ereleig, en un
momento te preparo cena. De hecho ya casi está, caliento una taza de crema más
y nos partimos el guisado. ¿Dónde estabas?
- En el camarote de los
Uxián, es que me he entretenido en acabar un trabajo, y se me ha pasado el
tiempo.
- ¿Un trabajo? ¿Qué es?
- Bueno, una caja, no
es gran cosa, pero me está quedando bien, creo.
- ¿Por qué no me la
enseñas? Y mientras acabo de preparar la cena.
- Vale, pero es mi
primer trabajo, no es gran cosa.
- Anda va, tráela a ver
qué tal.
El muchacho salió
corriendo a buscar la cajita, le hacía ilusión que la quisieran ver. A
excepción de los Uxián, no había tenido mucha atención por parte de otras
personas, sin contar cuando lo amonestaban, pero en esas ocasiones prefería
pasar desapercibido.
Roc había recogido la
alfombra del suelo y la había dejado en su rincón. El cocinero había calentado
crema y repartido el guiso. Cuando el chico les enseñó el trabajo ambos lo
miraron con detenimiento.
- Para ser la primera
talla que haces está más que bien, el primer pétalo es un poquito tosco, pero
los demás están estupendos. Un poco de práctica y lo mismo tenemos al futuro
ganador del "Tallarísimun" de Abedúlia, es el premio más valorado en
tallas de madera, sólo los mejores ebanistas se atreven a concursar. ¿Qué te
parece Roc?
- Paciencia y
dedicación llevan a la perfección.
- Gracias Sr. Refrany,
gracias Sr. Cook.
- Nosotros íbamos a
tomarnos la licencia de cenar en la bañera, si te apetece hacerlo, por nosotros
no hay problema -le propuso el cocinero-.
- ¿Cenar en la bañera?
- Sí, es un pequeño
privilegio cuando se está solo en el barco, usualmente es la capitana la que lo
hace, porque es la que más se queda sola con La Marygalante, pero como hoy somos nosotros.
- En mi camarote no hay
bañera.
- No claro, me refiero
al baño grande, va ven, que no se diga que no lo has hecho al menos una vez en
tu vida.
Salieron de la cocina,
cada uno con una bandeja. El timonel abrió la puerta que estaba frente a la
sala de estudio y Ereleig descubrió tras ella un gran baño, semejante al de las
termas del Gran Hotel. Una bañera cuadrada de dos metros burbujeaba suavemente
en el centro de la estancia. John acercó unos taburetes dónde dejaron las
bandejas con la comida. Se quitaron la ropa y se metieron, cada uno por un
lado, en el agua caliente. La bañera disponía de un escalón dónde sentarse
cómodamente. Podías tener la comida en el taburete o, tal como hicieron John y
Roc, poner la bandeja sobre el agua, ya que flotaba. Cada uno dio las gracias y
se desearon buen provecho y comenzaron a comer.
Ereleig se sentía
estupendamente, era la primera vez que entraba en una bañera. Usualmente sólo
se lavaba por fragmentos o tomaba una ducha, pero aquello era muy diferente.
Estar rodeado de agua caliente, con una olor muy agradable y tener aquella
comida tan rica. A cada bocado se alegraba más y más de vivir en aquel barco y
comprendió que la capitana prefiriera quedarse allí que dormir en un hostal.
Larimar volvía a estar
ante la puerta de la chocolatería. Respiró hondo y antes de tocar el picaporte
la llamaron desde el otro lado de la calle.
- ¡Capitana O'Brian!
Larimar se giró en
dirección a la voz y encontró, frente a la puerta del Fatley's Pub, a su
segundo de abordo con Shareny Po. Cruzó la calle y fue con ellos.
- Sr. Po, encantada de
verle de nuevo. ¿Qué tal está su padre?
- Pues está en
Catedral, cazando nuevos talentos musicales, se le ha metido en la cabeza crear
una orquesta de instrumentos arcaicos, está trabajando con luthiers y
arqueomusicólogos. Han comenzado diversas excavaciones y encontrado
instrumentos muy, muy, muy antiguos. Pero quiere gente joven, apasionada de la
música que quiera aprender a tocarlos, y... En fin, ya le conoces, no cejará en
su empeño hasta que lo consiga.
- Y lo conseguirá, si
consiguió que mi madre actuara en Newlon es capaz de conseguir cualquier cosa.
- ¿Y qué tal la gira de
Laria Biendonado en Tyrion?
- Según las últimas
comunicaciones todo entradas agotadas, pero hace más de un mes que no nos
escribimos, lo que indica que ha de seguir igual.
- Pues sí, esta es la
tercera vez que intento contratarla para la Lumilinde, pero tampoco ha podido
ser.
- Te agradezco mucho
las facilidades que le habéis dado a Miss Egane Dulac para su actuación.
- Un placer, su
propuesta es interesante y recordé su nombre de una de las notas de campo de mi
padre, y uno de los objetivos de la Lumilinde es dar a conocer nuevos talentos.
- Si la quieres conocer
personalmente, ahora está con mi padre en la chocolatería.
- Por esta vez prefiero
esperar, hay cierta persona, de alta cuna, con la que no me interesa cruzarme
en estos momentos. Y quiero aprovechar el regreso de mi compañero de tríada
para arreglar ciertos asuntos de urgencia. Así que os dejo, quiero pasar por el
palacete a poner a Clarissa al día de todo y me iré esta misma noche.
- Pero entonces, te
perderás la actuación de Egane -apuntó Kuncita-.
- Me temo que sí, pero
se registrará para el fondo del Ateneo, así que ya la veré más adelante. Dejaré
una nota a mi secretario para que siga teniendo todas las facilidades posibles.
Larimar, un placer saludarte- Shareny le tendió la mano y le dio un efusivo
apretón - Kuncita, cuida bien de nuestra novia- el apretón a Kuncita fue aún
más efusivo y terminó con un par de palmadas en el hombro.
- Estaré con ella el
máximo tiempo del que disponga.
Shareny se alejó a paso
vivo, capitana y segundo volvieron a la entrada de La Cholaressa.
- Larimar, yo prefiero
volver al barco. Está tu padre y tienes a las chicas, sabrás capear bien al
Lord. Además los Uxián querrán cenar, ya comienza a hacerse tarde.
- De acuerdo, puede ser
la excusa ideal para poder irme de nuevo. Sí, ve a buscarlos al Ateneo y
esperadnos en el A cova del Peregrino, aprovecharemos el reservado de
capitanía, ya que somos dos capitanes, no pueden negarse y menos si uno es el
Almirante O'Brian. Oh, pero los Uxián no van de uniforme, no les permitirán
entrar. Cenad en el Ateneo y nos encontramos en el puerto media hora antes del
toque de queda.
- Perfecto, hasta
luego.
Kuncita se alejó calle
arriba y Larimar entró de nuevo en la chocolatería. Respiró hondo, sonrió y
subió las escaleras al reservado. Al entrar la acogió una atmosfera alegre y la
ausencia de Lord Alaisse Tobar de Bajoterroso. Su padre le sonrió.
- Tenía un compromiso
en el Palacio de Comandancia y no te ha podido esperar más. Le he trasmitido
tus disculpas. Y ahora siéntate, tómate un buen tazón de chocolate y déjame
disfrutar un poco el tenerte cerca. Estamos en medio de una partida de Destino
del Cisne, vamos perdiendo de momento, Miss Egane está primera, Opalena segunda
y en tercer lugar la Sra. Lotte.
En la sala 3 del Ateneo
los bultos informes que se descargaran, comenzaban a tomar formas, colores y
crear un mundo en miniatura que se moverían al compás de la música cómo si ésta
fuera la fuerza invisible que todo lo crea. Si eran capaces de conseguir lo que
tenían planeado, el público quedaría impresionado y Egane sería la estrella sin
discusión del certamen.
Se estaban esforzando
al máximo, ya que tenían claro que o la impresionaban muy de veras o ya podían
buscarse otra mujer a la que aspirar por su atención. Egane no les había dicho
una palabra más allá de las imprescindibles para el atraque y desembarco. Era
la primera vez que se mostraba tan fría y distante y ambos hombres sentían una
sombra en el corazón que procuraban iluminar a base de ingenio y una
escenografía como nunca antes se hubiese visto en aquel concurso.
Se iluminó la luz
indicadora de que alguien quería entrar a la sala y, tras tapar bien los
elementos salieron de ella. El segundo les esperaba. Cerraron con llave y un
candado personalizado, que quitarían tras la noche del estreno, de momento no
se fiaban del personal del Ateneo.
Cenaron allí mismo.
Kuncita les puso al corriente de la situación y aunque quedaba casi más de una
hora para el toque de queda quisieron esperar en el esquife. El segundo estuvo
de acuerdo y todos se marcharon directos al puerto.
Egane quedó la primera
en el Destino del Cisne, Larimar y su padre los últimos. El almirante se
despidió de las mujeres. Invitó a su hija a pasar la noche en la Atrevida, ya que zarpaban de madrugada,
justo tras el toque de queda. Larimar aceptó encantadísima y tras llevar a las
mujeres al hotel y enviar a los hombres al barco subió la pasarela de la
fragata y pasó el resto de la noche en cubierta, tumbada en la hamaca de proa, junto
a su padre, planificando la singladura más difícil a la que se iba a enfrentar
hasta el momento.
El sol comenzaba a
asomar por el horizonte cuando la Atrevida
dejó la bocana. Siguió saludando un poco más con la mano y, una vez ya
comenzaba a dañar la vista el mirar directamente al sol, dio media vuelta con
la intención de coger el bote y volver con La
Marygalante, entonces recordó a la tortuga. Comenzó a caminar lentamente,
disfrutando el aroma del mar, los colores cambiantes del cielo. Mentalmente
comenzó a tararear una de sus melodías favoritas y al ir tan ensimismada no se
percató de la sombra que la estaba siguiendo.