El cuento que me ha llegado tras el Solsticio de invierno. Que la luz ilumine cada uno de vuestros pasos y caminemos hacia una sociedad basada en los tres principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
DÍAS ANTES DEL SOLSTICIO DE INVIERNO
Oscar
fue a buscar una taza de chocolate
caliente, ya le tocaba descansar un rato, llevaba tres horas ayudando a su
abuelo a hacer paquetes y empezaba a estar un poco harto de de tantas bolsas de arroz, botes de legumbres y bricks de leche. Alguien había donado un bote de
crema de avellanas (de esa tan rica cuya marca no nombraré) quien lo había
donado pensaba en una casa con niños.
En
la sala de la cafetera había dos chicas más o menos de su edad, debían ser los
únicos tres que no pasaban de la cincuentena en el local. Las chicas lo vieron,
se dijeron algo entre ellas y se apartaron al otro lado de la sala. Él se
sirvió chocolate del termo preguntándose cuando empezarían las risitas tontas. Era algo que detestaba
especialmente de sus compañeras de clase, decirse cosas al oído y reírse.
Cuando le preguntó a su madre por qué tenían que comportarse de una manera tan
tonta ella le dijo que era una fase por la que pasaban, al igual que él pasaría
la fase del "Fanfarroneo Escandaloso" y entonces serían ellas la que
lo verían como algo tonto.
Se
tomó un par de sorbos del chocolate, que estaba tibio y, no, no oyó ninguna
risita. Se giró y lo estaban mirando directamente, sin decir nada, pero
directamente a la cara. Oscar se sintió incómodo y desvió la vista.
-
Disculpa, ¿ Eres Oscar Jarque?
Se
quedó desconcertado. ¿Porqué esa chica sabía su nombre y apellido? Cómo lo
seguía mirando se decidió a balbucear:
- S
sí, ¿Nos conocemos?
- Eres
voluntario del refugio de A.D.E, fuiste a la Caminada y el día de recogida en Manresa,
y a la cena de Navidad del año pasado.
-
Pues sí, ¿Tú también lo eres?
-
Sí, desde hace tres años, y ella es el primero que se mete en el mundo de
"Mirarse un poco menos el ombligo", pero como para A.D.E falta una
semana le he dicho que empezara con la recogida para humanos, que también les
va bien.
- ¿Y
qué te parece? -preguntó Oscar a la otra chica, más que nada para ser amable-.
-
Bueno, tampoco tanto, es más bien monótono, hacer lo mismo tanto rato, pero
creo que es mejor que estar todo el día en el súper recogiendo bolsas.
-
Sí, yo prefiero estar haciendo los paquetes aquí - dijo Oscar-.
Siguió
un silencio mientras tomaba otro sorbo de chocolate. Las chicas se miraron y la
primera le volvió a preguntar.
-
¿Te hiciste voluntario de A.D.E por la negación?
-
¿El qué?
- La carta, recibiste
una carta diciendo que tu regalo estaba denegado, de Dael elfo Responsable Departamento de
Denegaciones Reye’s & Papa’s S.Coop.
Oscar
la miró sorprendido ¿Cómo podía saber eso? por si acaso se hizo el longuis.
- No te entiendo tía...
- ¡Sí, lo sabía! por eso fuiste al refugio, lo pensé cuando os vi entrar,
tus padres no estaban muy convencidos y tus abuelos encantados, yo os abrí la
puerta de la zona de caballos y Manchi
te quiso dar un golpe.
- ¡Ostras sí! Manchi, menuda mala
leche que tiene a veces...
- Entonces es verdad, tú también recibiste una carta de Dael y te dijo que
de cachorro nada, que adoptaras en un refugio.
- Sí. ¿Eres bruja o algo así?
-No, es que yo también la recibí. No sé tú, pero a mí me sentó fatal. Me
enfadé con mis padres porque pensaban que era una chorrada suya. Pero mi madre
me insistió que ellos no tenían ni idea. Me entró la curiosidad y miré por
internet y me quedé enganchada mirando los perros, los caballos y al final les
pedí que me llevaran y en vez de tener un gatito, adoptamos un conejo, a mi
madre le hizo mucha gracia y a mí también me gustó.
- Yo también pensé que era una broma de mis padres y cuando me quejé a mis
abuelos les pareció una buena idea, mejor que comprar animales en tiendas y al
final miré por internet y ...
- Apadrinas al Rubio, por eso sé
tu nombre.
- Vale, pues sí, es un caballo estupendo, también ayudo de vez en cuando, y
mi abuelo me ha enredado con esto, porque dice que también hay que ayudar a los
humanos que lo pasan mal.
- Sí, mis padres me dijeron lo mismo. Que si me paso un sábado al mes en el
refugio bien podía dedicar un día al año en la recogida... Bueno vamos a
seguir, que aún hay un montón de comida para empaquetar.
- Sí, yo me acabo esto y también vuelvo.
- Hasta la vista Oscar.
- Vale, nos vemos...
Las chicas se fueron y él se tomó el resto del chocolate, ya frío. Dos
horas más tarde pararon para comer. Vio a las chicas que le saludaban con la
mano y les hizo un gesto con la cabeza, que no pasó desapercibido para su
abuelo.
- ¿Son amigas tuyas?
-No, voluntarias del refugio.
- Si quieres ir con ellas, por mi no hay problema.
- No, no. Si apenas las conozco.
- Por eso, así las conoces; cómo en el libro ese de Frère que venden en el refugio...
-¡Venga ya Yayo!!!!
- Cómo quieras, pero por mí ADElante...
- Yayo, lees demasiado el Face de A.D.E.
Oscar empezó a comer y, sin saber de dónde un pensamiento cruzó su mente,
esa chica no era una cretina como las de su clase, no se reía como una tonta y
tenía un pelo muy bonito...
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¡FELICES FIESTAS A TODOS!
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